A finales de 2017 las sospechas
de que personajes ajenos al sevillismo podían estar interesados en la compra de
acciones del Sevilla Fútbol Club se acentuaban, especialmente tras la aparición
de varios anuncios de compra de acciones en prensa escrita, plataformas
digitales de compraventa e incluso en panfletos repartidos por peñas y bares de
localidades cercanas a Sevilla.
Por entonces, las ofertas por las
acciones difícilmente alcanzaban los 150 euros, pero es noviembre de 2017
cuando se van a producir dos hechos de los que la gran familia sevillista no ha
tenido conocimiento y que es necesario explicar ante las incógnitas que se
ciernen sobre el futuro accionarial del Sevilla. Nada se conocía aún sobre
Sevillistas Unidos 2020, ni sobre su matriz americana, Nutmeg Acquisition.
El primero de ellos sucedió el 22
de noviembre de 2017, cuando se celebró en la sede de la Seguridad Social en
Cádiz una subasta por 85 acciones del Sevilla Fútbol Club, por una deuda con
este organismo de un exconsejero sevillista. Según comentan los que asistieron,
el salón quedó pequeño para el número de personas que se presentaron en la
capital gaditana por esas 85 acciones. Otro aspecto importante fue la presencia
de algunos apoderados que decían representar a variopintos empresarios. Por
supuesto, también estaban reconocidos sevillistas.
¿Realmente era tan importante ese
0,082% del capital social del Sevilla Fútbol Club para que se produjera tal
cantidad de interesados que se desplazaron hasta la capital gaditana?
El precio de salida de las 85
acciones se había fijado en 9.237,56 euros (108,67€/acción). Casi no había
terminado de darse salida a la puja cuando la cifra de partida se había
triplicado, para finalmente adjudicárselas un miembro de la familia Carrión por
58.000 euros (682€/acción). Se pagaron hasta cinco veces mas de lo que por
entonces se ofrecía a pequeños accionistas que respondían a aquellos anuncios
que hemos comentado.
Es indudable que algo estaba
afectando al valor de las acciones del Sevilla Fútbol Club, no ya por el precio
que llegara a pagar la familia Carrión, accionista relevante de la sociedad,
sino por el resto de interesados, la mayoría desconocidos que aparecieron y que
pujaron muy por encima del valor de mercado en esa fecha. Ese algo, por un
0,082% que difícilmente decantaría alguna mayoría por muy ajustadas que
estuvieran las posiciones, solo podía responder a un motivo, la especulación
ante el conocimiento de una oferta muy superior.
El segundo de los hechos se
produjo solo 11 días antes de la comentada subasta, concretamente el 11 de
noviembre, cuando una sociedad llamada PROVIDENCE GROUP SPAIN SL se hace con 22
acciones del Sevilla Fútbol Club. Este hecho, dado el número de acciones, no
debería tener especial relevancia de no ser porque su administrador único es
ANDRÉS BLÁZQUEZ CEBALLOS, actual representante en el consejo de administración
del Sevilla Fútbol Club de la sociedad SEVILLISTAS UNIDOS 2020 SL y a la vez
apoderado de la sociedad como pagador de las acciones del Sevilla Fútbol Club
que ésta adquiere. Por lo tanto, Blázquez estaba ya en el Club desde el primer
momento en que se van sucediendo los diferentes hechos que han conducido hasta
la situación actual. Recordemos que al margen de la disparatada subasta que
hemos descrito, dos meses después se inicia el proceso de creación de
sociedades que concluye con la actual Sevillistas Unidos 2020 SL en las
entrañas del Sevilla Fútbol Club.
Los administradores sevillistas
nunca han hecho referencia a estas sociedades, ni jamás, en su obligación del
buen administrador que recoge el código ético advirtieron a los accionistas de
los movimientos societarios qué estaban sucediendo, algo que la Ley considera
obligatorio para el caso de las sociedades cotizadas y que la Ley dejó sin
regular en las sociedades anónimas deportivas.
Ya saben cuál es la fecha en la
que se ha podido comenzar a gestar la futura venta del Sevilla que denunciaba
en las ondas el exconsejero Ramón Somalo. El 11 de noviembre de 2017 llega
Blázquez al Sevilla al frente de una sociedad y hoy está en el consejo de
administración representando a otra que dice haberse gastado diez millones de
euros. Nadie entre los grandes accionistas ni consejeros ha dado nunca una
explicación, el presidente se negó a hablar de este tema y los medios le rinden
pleitesía en este sentido sin una pregunta que lo incomode.
Solo el sevillismo puede hacer
frente a esta situación, como lo ha hecho desde su fundación. Accionistas
Unidos, la Federación de Peñas y cientos de sevillistas consiguieron poner de
manifiesto las posturas de los miembros del consejo en la conocida Junta
General de la Vergüenza. Ahora es necesario que quienes tienen conocimiento de
hechos los denuncien como ya hizo Ramón Somalo y que cada sevillista sume su
fuerza, porque si entiendes que el Sevilla pueda ser vendido es algo malo, debemos
recordar las palabras de Edmund Burke:
“Para que el mal triunfe, solo es necesario que los hombres de bien no
hagan nada”
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